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Del artículo en Levante
Nace el «tro de bac» infantil
En pleno debate sobre las limitaciones en la venta y uso de la pirotecnia, el mercado de los fuegos artificiales se ha visto sorprendido con la aparición de un nuevo elemento que permite a los niños disponer de un petardo que, aún perteneciendo a la Clase I -la más inocua-, proporciona un disparo contundente y tiene la misma técnica de lanzamiento que el tradicional tro de bac .
El artificio en cuestión es un pequeño cilindro de cartón. Es muy poca cosa en apariencia, pero al estrellarlo en el suelo produce un estallido comparable al del petardo de choque tradicional.
El backero (así se llama) reune prácticamente todas las características del tró : hay que estamparlo en el suelo y, si no se hace con suficiente fuerza, explota con el heterodoxo, pero extendidísimo método del pisotón. Sin embargo, perfecciona al tradicional en dos aspectos: sus piedrecitas de fricción son pequeñísimas, con lo que se reduce el riesgo de accidente y la mancha que dejan en el suelo es casi imperceptible, de un color blanco parecido a tiza. Lo sorprendente: es un Clase I La exclusiva y la patente del artificio es de la empresa Platón, conocida en la Comunitat por sus complejos de venta Pyroshopping.
Su gerente, Samuel Albiñana, no dudaba en reconocer las bondades del producto «porque es lo más parecido al tro de bac que se ha hecho nunca, pero con la evidente diferencia de que está homologado como Clase I» . El tro de bac es de clase II, lo que, en teoría -que no en la práctica- prohibe su adquisición y uso a los niños menores de 16 años. Al ser de Clase I pueden ser utilizados a partir de los 12 años, aunque, con la moratoria actual, esta edad baja hasta los 8 años. Con esa edad, lo más parecido que estaba permitido es la bombeta , un petardo de escasísima potencia que, en todo caso, es utilizado (ilegalmente, todo sea dicho), por niños desde los dos años. Lo curioso del caso es que el petardo es, en sí mismo, diminuto. «Tiene una mezcla explosiva de 0,0022 gramos, del mismo tipo que la bombeta tradicional» .
Lo que lo hace especialmente potente es «estar muy compactado en un tubito de cartón» . Sin embargo, de lo inocuo del mismo da muestra el otro responsable de la firma, Jorge Albiñana, que aseguraba que «al transportarlo se nos cayó un "palet" y no explotó ni uno sólo» .
La venta se realizará en las tiendas de la firma y otras a las que se provee «pero no en kioscos, aunque al tratarse de un Clase I, se podría hacer» . El artículo está fabricado en China, de donde procede prácticamente el cien por cien de la pirotecnia de uso no profesional y puede generar el imaginable debate entre el producto autóctono y el de importación, aunque a nadie escapa que incluso la tradicional traca valenciana también se fabrica en gran medida en el país asiático. Ahora, la aceptación del mismo depende, sobre todo, del mercado de las comisiones falleras.
Nace el «tro de bac» infantil
En pleno debate sobre las limitaciones en la venta y uso de la pirotecnia, el mercado de los fuegos artificiales se ha visto sorprendido con la aparición de un nuevo elemento que permite a los niños disponer de un petardo que, aún perteneciendo a la Clase I -la más inocua-, proporciona un disparo contundente y tiene la misma técnica de lanzamiento que el tradicional tro de bac .
El artificio en cuestión es un pequeño cilindro de cartón. Es muy poca cosa en apariencia, pero al estrellarlo en el suelo produce un estallido comparable al del petardo de choque tradicional.
El backero (así se llama) reune prácticamente todas las características del tró : hay que estamparlo en el suelo y, si no se hace con suficiente fuerza, explota con el heterodoxo, pero extendidísimo método del pisotón. Sin embargo, perfecciona al tradicional en dos aspectos: sus piedrecitas de fricción son pequeñísimas, con lo que se reduce el riesgo de accidente y la mancha que dejan en el suelo es casi imperceptible, de un color blanco parecido a tiza. Lo sorprendente: es un Clase I La exclusiva y la patente del artificio es de la empresa Platón, conocida en la Comunitat por sus complejos de venta Pyroshopping.
Su gerente, Samuel Albiñana, no dudaba en reconocer las bondades del producto «porque es lo más parecido al tro de bac que se ha hecho nunca, pero con la evidente diferencia de que está homologado como Clase I» . El tro de bac es de clase II, lo que, en teoría -que no en la práctica- prohibe su adquisición y uso a los niños menores de 16 años. Al ser de Clase I pueden ser utilizados a partir de los 12 años, aunque, con la moratoria actual, esta edad baja hasta los 8 años. Con esa edad, lo más parecido que estaba permitido es la bombeta , un petardo de escasísima potencia que, en todo caso, es utilizado (ilegalmente, todo sea dicho), por niños desde los dos años. Lo curioso del caso es que el petardo es, en sí mismo, diminuto. «Tiene una mezcla explosiva de 0,0022 gramos, del mismo tipo que la bombeta tradicional» .
Lo que lo hace especialmente potente es «estar muy compactado en un tubito de cartón» . Sin embargo, de lo inocuo del mismo da muestra el otro responsable de la firma, Jorge Albiñana, que aseguraba que «al transportarlo se nos cayó un "palet" y no explotó ni uno sólo» .
La venta se realizará en las tiendas de la firma y otras a las que se provee «pero no en kioscos, aunque al tratarse de un Clase I, se podría hacer» . El artículo está fabricado en China, de donde procede prácticamente el cien por cien de la pirotecnia de uso no profesional y puede generar el imaginable debate entre el producto autóctono y el de importación, aunque a nadie escapa que incluso la tradicional traca valenciana también se fabrica en gran medida en el país asiático. Ahora, la aceptación del mismo depende, sobre todo, del mercado de las comisiones falleras.